Cielo encapotado
Se diría mirar por un vapor
cubierto;
tu pupila misteriosa ( ¿es
azul, gris o verde?
Alternativamente tierna,
soñadora, cruel,
Refleja la indolencia y la
palidez del cielo.
Tus labios, gruesos y rojos
como rubíes
Son tibios y delicados como
la brisa del verano,
Que la provocas cuando
sonríes,
Y surge un placer
ultramundano.
Tu renaces como una flor en
primavera,
Como cambias de estación
cambias de belleza,
Luna tras luna, era tras era
,
Llega a ti la fineza.
Tú recuerdas esos días
blancos, tibios y velados,
Que hacen fundirse en
lágrimas los corazones hechizados,
Cuando, agitados por un mal
desconocido que los tuerce,
Los nervios demasiado
despiertos se burlan del espíritu que duerme.
Las almas desgastadas por el
amor
Que caminan por el silencioso
abismo,
Al igual que en el invierno
muere la flor
La llamas se apaga en el
fondo del abismo.
¡Oh, mujer peligrosa, oh
seductores climas!
¿Adoraré también tu nieve y
tu escharcha,
Y, lograré extraer del
implacable invierno
Placeres mas agudos que el
hielo y el hierro?
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