Otra vez
Ocaso,
Melancólico acoso.
Vida mía,
Sigues siendo prófuga de la razón.
No tiene sentido el deseo del corazón,
Cuando la única vía que deambula es la perdición.
Y es que esta pena,
Para quitarla no existe profesión.
Que exuberante decepción,
aquella que siento en lo más profundo de mi corazón.
Me escribo,
Me leo y me reviso,
La agobiante soledad no da aviso,
Un pie en el cielo piso,
Y otro en el infierno adoso,
Cuando en el vacío de tu desnudez me abalanzo.
Vida mía,
Dame tregua esta noche,
Deja ya que en mi mente
Sea solo mi corazón el que retumbe.
Vida mía,
Dale silencio a este horroroso vacío
Que mi ánimo permanece tormentoso.
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