Rayuela es una invitación.
La obra del escritor argentino Julio Cortázar,
Rayuela, escrita en París y publicada en el año 1963 es considerada una de las
obras más importantes de la literatura latinoamericana e internacional debido a
las varias innovaciones que aparecen en esta sin mencionar las notables
rupturas con el canon novelesco clásico.
La obra es considerada por el mismísimo autor no como
una novela, sino una que a su vez es mas de una y muchos concuerdan con dicha
afirmación. Pero ¿qué sucedería si la consideráramos como una invitación?
Antes que nada hay que aclarar el sentido de la
palabra invitación en este contexto. Para empezar, podría decirse que Rayuela,
es en sí, una invitación, una propuesta del autor para ver la realidad de una
manera totalmente distinta.
Si partimos de la hipótesis de que Rayuela es una
carta de invitación a una nueva realidad oculta en la novela como tal,
podríamos afirmar que se trata entonces de un “empujón”. Cortázar, por medio de
la Rayuela nos da el empujón necesario para saltar al abismo que nos llevará a
la absoluta e inminente revelación de una nueva realidad.
La invitación a esta nueva
realidad consiste en generar preguntas en el lector sobre la realidad, para que
este dude de esta última y se auto proponga ver y acercarse a las cosas de una
manera distinta. De cierta manera es una forma de reforma lo que se propone,
para que cada individuo pueda mejorar desde el aspecto más bajo hasta el más
alto.
Las pistas de Cortázar no
están tan ocultas como parece, uno de los mejores ejemplos de esta teoría se
encuentra en el capítulo primero de la obra:
“¿Encontraría a
la Maga? Tantas veces me había bastado asomarme, viniendo por la rue de Seine,
al arco que da al Quai de Conti, y apenas la luz de ceniza y olivo que flota
sobre el río me dejaba distinguir las formas, ya su silueta delgada se
inscribía en el Pont des Arts, a veces andando de un lado a otro, a veces
detenida en el pretil de hierro, inclinada sobre el agua. Y era tan natural
cruzar la calle, subir los peldaños del puente, entrar en su delgada cintura y
acercarme a la Maga que sonreía sin sorpresa, convencida como yo de que un
encuentro casual era lo menos casual en nuestras vidas, y que la gente que se
da citas precisas es la misma que necesita papel rayado para escribirse o que
aprieta desde abajo el tubo de dentífrico.”.
Si se lee con atención, el lector puede
preguntarse acerca de el papel rayado, y de si debería escribir en papel sin
rayar, en blanco. El blanco de este papel podría también ser el primer
indicador de la posibilidad de una nueva realidad.
Pero no solo, el hecho de apretar el
tubo del dentífrico desde abajo y no desde arriba, o de darse citas precisas a
horas y lugares precisos. Todos estos elementos son entonces ácidos que
descomponen el pensamiento del lector para llevarlo a un estado básico en el
cual este puede hacerse las preguntas de la realidad.
Pero el
autor no se detiene en invitarnos a la inminente revelación de la realidad, ya
que su intención oculta es la de la reforma. Esta a su vez se entiende de
frases como "Solo viviendo absurdamente se podría romper alguna
vez este absurdo infinito"(Rayuela Cap. 23), por medio de esta, podría
pensarse que Cortázar nos incita a
pensar en si debería verse y vivirse la vida de otra manera, para poder
terminar con el “absurdo infinito”. A este último lo podemos ver como el fin de
la problemática humana y su atiborramiento de problemas sociales y políticos.
El “ácido revelador” de Cortázar es en sí la Rayuela,
puesto que si el lector aprecia cada palabra, y le busca un sentido, puede
captar la esencia de la novela. Una invitación para re descubrirse, una propuesta
de cambiamiento y de auto conocimiento. Además de dicha propuesta, la idea de
Rayuela es de crear un cambio en la sociedad, ya que al permitirle al individuo
de descomponerse y mejorar la realidad individual, se puede innovar la realidad
común y mejorar la sociedad como tal.
Esto también se puede entender a partir de segmentos del
libro, por ejemplo : “¿Quién está dispuesto a desplazarse, a desaforarse, a
descentrarse, a descubrirse?"(Rayuela Cap. 97). Aquí es clara la idea del
autor, una invitación para descubrirse, saber cual es el verdadero yo que se
encuentra en cada uno, no aquel que ha marcado la sociedad, en su lugar, uno
que nacerá a través de la lectura de la Rayuela.
Por último podría afirmarse que la obra de Cortázar es en
sí, la mas original y discreta invitación para el hombre de participar a una
revolución, la cual, no se trata de rebelarse en contra de algún estado
específico, sino de un ideal aún mas grande, el de rebelarse contra las leyes,
prejuicios y limitaciones de la mente para crear un hombre con una capacidad
mayor de razonar y de entender. Pero no solo, ya que también le permitiría al
hombre crear una sociedad mentalmente más avanzada, tolerante y pacífica.
Por S.P.
Una invitación para encontrar el verdadero yo. No estoy en desacuerdo del todo; pero no cabe duda que es la opinión de un hombre, centrada y tal vez, egoísta. Puede que sea una invitación a descubrirnos, pero no quites la parte trascendental del amor; los buenos momentos del amor inicial y los rechazos del amor que está agotándose, hicieron parte fundamental de esa búsqueda.
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